martes, 19 de mayo de 2009

LAS SIETE PUERTAS Y LA CÁMARA DEL TESORO (EL CUENTO DE REDA 4ºC)

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro. Yo estaba jugando al fútbol y había un gigante de madera feo y tonto. Yo le pego un pepinazo en la cara, cojo una rama a la vez, se la tiro y me alejo de él. Paso por una sala que está oscura y encuentro la puerta número dos. En la segunda puerta hay dos escorpiones astutos y venenosos. Yo estaba jugando solo al fútbol, el balón se me había caído por una cuesta, yo había ido corriendo por el balón pero dos escorpiones no me dejaban cogerlo. Pegué un salto y me alejé de ellos. Paso por una sala de rap y me pongo a hacer un poco de rap y luego me encuentro en la tercera puerta. En esta puerta está el monstruo más terrible, más serio y más fuerte del mundo. Yo estaba dando un paseo y lo vi. Como era muy malo, le dije que se sentase. Cuando se sentó, le recordé sus antepasados. Mis padres siempre me contaban cuentos sobre los antepasados de los monstruos. El monstruo, que en el fondo no era tan malo, nunca más volvió a destrozar nada ni a portarse mal. Sigo andando y paso por una puerta de calaveras que hablan. Me asusté, pero pronto encontré la cuarta puerta. Al entrar sonaba una música que te adormece poco a poco. Menos mal que tenía mis cascos y había puesto la música a tope. Pasé por una puerta y llegué a un jardín muy bonito, con muchas flores y al fondo estaba la quinta puerta. Delante de la puerta hay un árbol que no te deja pasar. Me bajé corriendo a casa y cogí una motosierra, volví a subir al lado del árbol y corté las ramas que no me dejaban pasar. Pasé y atravesé una casa buscando la sexta puerta. Esta vez la puerta era invisible y estaba delante de un agujero negro. Estaba yo solo en la calle y para saber dónde estaba la puerta, empecé a tirar todo lo que tenía cerca hasta que la encontré. Pasé y allí estaban los Simpson que me acompañaron hasta la séptima puerta. Delante de esta puerta hay un rebaño de ovejas riéndose a carcajadas y no me dejaban pasar hasta que no las hiciera llorar. Yo tenía una cebolla en el bolsillo, la corté delante de sus ojos y se pusieron a llorar. Así pasé hasta la cámara del tesoro. Allí había un cartel que decía:
“Tu atrevimiento te ha permitido superar las siete puertas. Podrás coger lo que quieras, pero hay una condición: sólo puedes llevarte una cosa. ¿Cuál es tu elección?”
SER RIQUÍSIMO CON TODA MI FAMILIA

REDA 4ºC