martes, 26 de mayo de 2009

DOS EN UNO: TRAVIESO Y ASTUTO (EL CUENTO DE JOSE CARLOS 4ºC)

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro.
Enrick Shorts estaba en la entrada de la montaña, o sea, en la primera puerta. En ella había un guerrero de madera gigantesco y rápido. Le tiró una bomba fétida, se tapó la nariz y Enrick pasó. De pronto se encontró con una sala de lava y otra en la que había una cuerda en la que se podía pasar con equilibrio. La pasó y se encontró con la segunda puerta en la que había dos escorpiones muy astutos y venenosos. Cogió un yo-yo y lo lanzó a una rama que había encima de la puerta. Enrick pasó por encima de ellos como si fuera Tarzán.
Enrick tuvo que seguir abriendo todas las puertas que siguió encontrando. En la cuarta lo único que encontró fue la tercera. Delante de esta estaba el monstruo más terrible, más serio y más fuerte, pero más lento del mundo. Enrick masticaba un chicle, se lo sacó de la boca para pegárselo en los ojos mientras esquivaba los golpes que, de manera directa, estaba recibiendo de él. Así consiguió escaparse. Al atravesar la puerta encontró un pasadizo muy silencioso que le llevó a la siguiente puerta. Al llegar a ella sonaba una música que adormecía a la gente. Para evitarla se puso los cascos de su mp4 y empezó a escuchar su canción favorita consiguiendo atravesarla sin problemas.
Ya estaba en la siguiente. Allí florecía un jardín con todo tipo de plantas marcadas todas con el nombre se du especie. Enrick se fijó en una “Zodisapa a aal Taerpu” . Sabía lo que significaba. Había aprendido el idioma “Vesreal” y podía leer con claridad “ pasadizo hacia la puerta”. Se atrevió a tocar la planta y esta le echó sus lianas. Enrick le tiró un móvil de juguete y, puesto que la planta era ciega y se guiaba por sus oídos, fue hacia el móvil y Enrick pasó sin problemas y sigilosamente. Al pasar se encontró cuadros de personas que habían conseguido entrar en la montaña como “el rey David”, “La maga Raquel”, “el astuto Don Alberto” y muchos más. Cuando acabaron todas esas imágenes, todo se volvió negro. Suerte que llevaba harina que fue esparciendo por el suelo. La harina vertida se acumuló y formó una puerta. Sabía que había superado la prueba de la puerta invisible y que debía atravesarla. Otra vez aparecieron los cuadros y en ellos se reconocía muy bien a Otniel, Rebeca, Paloma y Mario, el chico que se creía el novio de Hannah Montana.
Por fin llegaba a la última puerta. Rápidamente la abrió y encontró un rebaño de cabras que se reían de él. Una voz muy potente dijo:
―¡Para pasar a la cámara del tesoro, necesitas hacer llorar a las cabras!
No lo dudó, usó el aullido del lobo y ellas lloraron amargamente mientras intentaban huir.
Al fin consiguió llegar a su destino: “La cámara del tesoro”. Sabía que solo podía elegir una cosa de todas las que había. Eligió: "UNA BONITA BOLSA QUE CONTENÍA TODOS LOS ARTÍCULOS DE BROMA QUE EXISTÍAN EN EL MUNDO”. Después de todo lo vivido, solo le quedaron ganas de reír para siempre.
Cuando llegó a su pueblo y contó esta historia, la reina Junior se enamoró de él. Fueron novios como Don Javier y Doña Paloma, se casaron y fueron felices todos sus días.

JOSE CARLOS 4ºC