martes, 26 de mayo de 2009

LA NOCHE SE ACABA

El sol empujaba a las estrellas que no querían irse a dormir. La noche mil dos moría entre el susurro de la voz de Sherezade, un susurro que encendía el lucero de la mañana. El sultán miró fijamente a los ojos de su esposa y solo bastó un destello en su pupila para saber que las noches traerían nuevas historias y que los cuentos se prolongarían hasta los amaneceres de toda su vida.
Ahora sólo quedaba esperar que la noche renaciera de las cenizas del nuevo día...

DOS EN UNO: TRAVIESO Y ASTUTO (EL CUENTO DE JOSE CARLOS 4ºC)

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro.
Enrick Shorts estaba en la entrada de la montaña, o sea, en la primera puerta. En ella había un guerrero de madera gigantesco y rápido. Le tiró una bomba fétida, se tapó la nariz y Enrick pasó. De pronto se encontró con una sala de lava y otra en la que había una cuerda en la que se podía pasar con equilibrio. La pasó y se encontró con la segunda puerta en la que había dos escorpiones muy astutos y venenosos. Cogió un yo-yo y lo lanzó a una rama que había encima de la puerta. Enrick pasó por encima de ellos como si fuera Tarzán.
Enrick tuvo que seguir abriendo todas las puertas que siguió encontrando. En la cuarta lo único que encontró fue la tercera. Delante de esta estaba el monstruo más terrible, más serio y más fuerte, pero más lento del mundo. Enrick masticaba un chicle, se lo sacó de la boca para pegárselo en los ojos mientras esquivaba los golpes que, de manera directa, estaba recibiendo de él. Así consiguió escaparse. Al atravesar la puerta encontró un pasadizo muy silencioso que le llevó a la siguiente puerta. Al llegar a ella sonaba una música que adormecía a la gente. Para evitarla se puso los cascos de su mp4 y empezó a escuchar su canción favorita consiguiendo atravesarla sin problemas.
Ya estaba en la siguiente. Allí florecía un jardín con todo tipo de plantas marcadas todas con el nombre se du especie. Enrick se fijó en una “Zodisapa a aal Taerpu” . Sabía lo que significaba. Había aprendido el idioma “Vesreal” y podía leer con claridad “ pasadizo hacia la puerta”. Se atrevió a tocar la planta y esta le echó sus lianas. Enrick le tiró un móvil de juguete y, puesto que la planta era ciega y se guiaba por sus oídos, fue hacia el móvil y Enrick pasó sin problemas y sigilosamente. Al pasar se encontró cuadros de personas que habían conseguido entrar en la montaña como “el rey David”, “La maga Raquel”, “el astuto Don Alberto” y muchos más. Cuando acabaron todas esas imágenes, todo se volvió negro. Suerte que llevaba harina que fue esparciendo por el suelo. La harina vertida se acumuló y formó una puerta. Sabía que había superado la prueba de la puerta invisible y que debía atravesarla. Otra vez aparecieron los cuadros y en ellos se reconocía muy bien a Otniel, Rebeca, Paloma y Mario, el chico que se creía el novio de Hannah Montana.
Por fin llegaba a la última puerta. Rápidamente la abrió y encontró un rebaño de cabras que se reían de él. Una voz muy potente dijo:
―¡Para pasar a la cámara del tesoro, necesitas hacer llorar a las cabras!
No lo dudó, usó el aullido del lobo y ellas lloraron amargamente mientras intentaban huir.
Al fin consiguió llegar a su destino: “La cámara del tesoro”. Sabía que solo podía elegir una cosa de todas las que había. Eligió: "UNA BONITA BOLSA QUE CONTENÍA TODOS LOS ARTÍCULOS DE BROMA QUE EXISTÍAN EN EL MUNDO”. Después de todo lo vivido, solo le quedaron ganas de reír para siempre.
Cuando llegó a su pueblo y contó esta historia, la reina Junior se enamoró de él. Fueron novios como Don Javier y Doña Paloma, se casaron y fueron felices todos sus días.

JOSE CARLOS 4ºC

LAS AVENTURAS DE ALBERTO "EL ASTUTO" (EL CUENTO DE ALBERTO 4ºC)

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro. Vi la primera puerta, pero no era fácil de pasar porque había un guerrero de madera gigante y era poco inteligente, por eso cogí una piedra y la tiré hacia un lado y en el momento en que se aproximaba al sitio me metí corriendo. Llegué a un pasillo lleno de todo tipo de trampas que pasé saltando y agachándome. Así llegué a la segunda puerta. Había dos escorpiones venenosos delante de ella pero parecían domesticados, aunque eran muy astutos. Me puse un traje de hierro para tener precaución, hice una jaula y me lancé sobre ellos. Los capturé y para distraerles les puse comida y me metí por la puerta. Atravesé un pasillo recto, giré hacia la derecha, después hacia la izquierda y llegué a la tercera puerta. Delante de la puerta estaba el monstruo más terrible, más serio y más fuerte del mundo y el más triste. Me di cuenta de que tenía dos puntos débiles: era triste y serio. Yo, como soy muy astuto, le hice cosquillas y mientras que se partía de risa pasé corriendo. A continuación tuve que esquivar unas flechas. Me encontré con unas serpientes y las salté, y por último tuve que atravesar un laberinto. Al final del laberinto estaba la puerta número cuatro. Mientras me acercaba y comencé a escuchar una música que me adormecía poco a poco y no conseguía avanzar, cada vez me dormía más. Pero esta prueba era fácil de superar, cogí unos cascos con música rock para no oír la otra música y avancé. Después de atravesar la puerta tuve que pasar por otro pasillo muy oscuro, tanto que tuve que encender una antorcha para ver un poco. Tuve que ir pasando de un lado al otro porque en el centro había trampas. Llegué a la quinta puerta. Delante había un árbol cuyas ramas me estaban aprisionando más cada vez que me acercaba y me impedía pasar, pero como era bastante tonto le dije:
―Mira, unos pájaros están haciendo un nido en ti.
Se lo creyó y mientras intentaba quitárselo con las ramas, yo pasé corriendo. Cuando estoy dentro veo que tengo que pasar entre animales y fieras, es decir, entre leones, tigres, arañas, etc. Lo superé todo. Ya estaba en la sexta puerta. Cada vez estaba más cerca de la cámara del tesoro. Esta prueba era difícil de superar porque la puerta era invisible y estaba delante de un agujero negro y si daba un paso en falso caería a un vacío profundo. Tardé unos minutos en pensar cómo atravesar la puerta, y ¡ajá! Lo descubrí. Le tiré arena hacia el agujero y se pegó a la puerta, la abrí y pasé. Dentro no era tan difícil de superar. Había solo unas cuantas telarañas y seguir recto. Cuando vi luz supuse que ya estaba en la última puerta antes de la cámara del tesoro y estaba en lo cierto. Delante de la puerta había un rebaño de cabras riéndose a carcajadas pero solo me dejarían pasar cuando consiguiese que llorasen. Se me ocurrieron dos ideas, una era ponerme a cortar cebollas delante de ellas y la otra era contarles una historia triste, pero para no tener complicaciones utilicé las dos y funcionó. Como un trato era un trato, me dejaron pasar. Llegar a la cámara del tesoro fue difícil porque tuve que pasar por cuatro laberintos, pero al final lo conseguí. En la cámara del tesoro podía pedir tanto una cosa real como fantástica. Yo pedí: SER JUGADOR DEL REAL MADRID. Yo era Don Alberto “el astuto” y estaban otros personajes como Jose Carlos “el travieso” y el “rey David”, el chico que quiere ser novio de Hannah Montana que es Mario.

ALBERTO 4ºC

martes, 19 de mayo de 2009

EL CUENTO DE OTNIEL

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro. Llego a la primera puerta y me encuentro un gigante de madera muy gordo, feo, tiene una lanza y un casco y tengo que pasar de él. Yo soy mago y con las palabras mágicas: “pata de cabra oda cadabra que el gigante desaparezca por unos cuantos segundos”. Yo en ese momento aproveché y pasé. Para llegar a la segunda puerta tuve que atravesar un largo pasillo oscuro, tuve que girar la esquina y luego encontrar otra puerta. En la segunda puerta hay dos escorpiones astutos y pequeños. Ellos tienen en el aguijón el escudo del Real Madrid y por eso sé que les gusta el fútbol. Les tiro una pelota y van a por ella y yo paso. Luego seguí adelante y vi un gran salón iluminado lo atravesé y encontré una tercera puerta. Para pasarla tengo que enfrentarme con el monstruo más terrible, más serio y más feo pero era poco listo. Para pasar le hago creer que tiene un monstruo gemelo y en ese momento paso. Para llegar a la cuarta puerta tengo que atravesar un puente. Al acercarme a la puerta suena una música que me adormece poco a poco y no puedo avanzar. Llevaba por casualidad unos tapones y me los puse, pero como aún oía la música, me puse a cantar a gritos para que no se oyera. Atravesé una sala pequeñita y al fondo vi la siguiente puerta. Delante de la quinta puerta hay un árbol cuyas ramas me van aprisionando a medida que me acercaba y me impedía avanzar. Llevaba una navaja, le corté las ramas y mientras que le volvían a crecer, pasé. La sexta puerta era invisible y está delante de un agujero negro. Si doy un paso en falso caeré a un vacío profundo. Para atravesar el agujero puse un papel para señalarlo y así no caer en el vacío profundo. Atravieso un gran pasillo muy largo. Todo está muy oscuro y al caminar sentí que alguien me tocó en la espalda, pero como estaba oscuro no sabía quién me había tocado. Yo seguí adelante y de repente apareció una enorme araña gigantesca y como todavía tenía la navaja de goma, le hice cosquillas y encogió las patas y pude pasar. Seguí adelante y llegué a la séptima puerta. Delante de la puerta había un rebaño de cabras riéndose a carcajadas y solo me dejarían pasar si las hacía llorar. Para hacerlas llorar les recordé que sus antepasados no tenían que comer, las cabras se pusieron a llorar y así atravesé también la séptima puerta. Para llegar a la cámara del tesoro atravesé un pasillo. Seguí hacia delante y en una esquina tuve un poco de miedo. Giré en la esquina y me encontré con un chico. Él empezó entreteniéndome pero yo no era tonto, el chico no quería que llegase a la cámara del tesoro y me fui. Cuando llegué a la cámara del tesoro elegí: SER RICO ETERNAMENTE.

LAS SIETE PUERTAS Y LA CÁMARA DEL TESORO (EL CUENTO DE REDA 4ºC)

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro. Yo estaba jugando al fútbol y había un gigante de madera feo y tonto. Yo le pego un pepinazo en la cara, cojo una rama a la vez, se la tiro y me alejo de él. Paso por una sala que está oscura y encuentro la puerta número dos. En la segunda puerta hay dos escorpiones astutos y venenosos. Yo estaba jugando solo al fútbol, el balón se me había caído por una cuesta, yo había ido corriendo por el balón pero dos escorpiones no me dejaban cogerlo. Pegué un salto y me alejé de ellos. Paso por una sala de rap y me pongo a hacer un poco de rap y luego me encuentro en la tercera puerta. En esta puerta está el monstruo más terrible, más serio y más fuerte del mundo. Yo estaba dando un paseo y lo vi. Como era muy malo, le dije que se sentase. Cuando se sentó, le recordé sus antepasados. Mis padres siempre me contaban cuentos sobre los antepasados de los monstruos. El monstruo, que en el fondo no era tan malo, nunca más volvió a destrozar nada ni a portarse mal. Sigo andando y paso por una puerta de calaveras que hablan. Me asusté, pero pronto encontré la cuarta puerta. Al entrar sonaba una música que te adormece poco a poco. Menos mal que tenía mis cascos y había puesto la música a tope. Pasé por una puerta y llegué a un jardín muy bonito, con muchas flores y al fondo estaba la quinta puerta. Delante de la puerta hay un árbol que no te deja pasar. Me bajé corriendo a casa y cogí una motosierra, volví a subir al lado del árbol y corté las ramas que no me dejaban pasar. Pasé y atravesé una casa buscando la sexta puerta. Esta vez la puerta era invisible y estaba delante de un agujero negro. Estaba yo solo en la calle y para saber dónde estaba la puerta, empecé a tirar todo lo que tenía cerca hasta que la encontré. Pasé y allí estaban los Simpson que me acompañaron hasta la séptima puerta. Delante de esta puerta hay un rebaño de ovejas riéndose a carcajadas y no me dejaban pasar hasta que no las hiciera llorar. Yo tenía una cebolla en el bolsillo, la corté delante de sus ojos y se pusieron a llorar. Así pasé hasta la cámara del tesoro. Allí había un cartel que decía:
“Tu atrevimiento te ha permitido superar las siete puertas. Podrás coger lo que quieras, pero hay una condición: sólo puedes llevarte una cosa. ¿Cuál es tu elección?”
SER RIQUÍSIMO CON TODA MI FAMILIA

REDA 4ºC

EL CUENTO DE ALEJANDRO 4ºC

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro. Fui por un pasillo y llegué a una puerta donde había un gigante de madera gordo, con armadura. Era muy distraído. No me dejó pasar hasta que le dije:
―¡Hay un burro volando!
El gigante miró y yo pasé. Seguí por una habitación muy oscura. Vi una puerta y me acerqué pero había dos escorpiones venenosos delante de ella. Cogí una jeringa, les pinché y les quité el veneno. Les tiré un poco de carne y se pusieron a comer y yo pasé. Continúo por un pasillo lleno de estrellas. Había una puerta luminosa donde me encontré al monstruo más terrible, más serio y más fuerte del mundo, pero era tonto. Me daba mucho miedo, pero se me ocurrió una idea. Le conté un chiste y mientras se reía a carcajadas, yo pasé. Sigo por una habitación llena de peces y al fondo hay una puerta, pero por culpa de una música que suena me adormezco. Menos mal que tengo que tengo una piruleta de café que me dio una bruja, la chupo y no me duermo. Me encuentro un pozo y no sé si bajar o no. Me decidí y bajé y en el fondo había otra puerta, pero delante había un árbol cuyas ramas me iban aprisionando a medida que me acercaba y no me dejaban avanzar. Las ramas eran de chocolate y las cogí para cuando tuviera hambre y pasé. Avanzo por un jardín. No sé dónde está la puerta, sólo hay un agujero negro. Cojo las alas que tengo en la mochila y voy mirando por dónde está la puerta. Continúo por un pasillo de nubes hasta una puerta donde hay un rebaño de cabras riéndose a carcajadas. Sólo tengo una forma de vencerlas: hacerlas llorar. Les hago muchas cosquillas y de tanto reírse lloran. Giro a la izquierda y por fin me encuentro con la cámara del tesoro. Puedo pedir lo que quiera y yo le pido: UN CABALLO ESPAÑOL MÁGICO PARA SER UN GRAN JINETE PROFESIONAL.


ALEJANDRO 4ºC

domingo, 17 de mayo de 2009

EL CUENTO DE CAROLINA 4ºC

Ya estoy delante de la montaña de fuego y aún me quedan un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro.
PRIMERA PUERTA: Me encuentro con un guerrero gigantesco de madera delante de la puerta. Con mis poderes hago mi capa más grande y le hago desaparecer durante cinco minutos y paso por la puerta. Me encuentro un pasillo donde encuentro muchas puertas.
SEGUNDA PUERTA: Me encuentro con dos escorpiones venenosos delante de la puerta. Con mis poderes hago aparecer comida para los escorpiones mientras ellos comen yo paso. Me encuentro con un pasillo muy luminoso y hay una puerta.
TERCERA PUERTA: Me encuentro al monstruo más terrible, más serio y más fuerte del mundo. Con los poderes de maga le hago el chiste más bueno y se ríe tanto que me deja pasar. Me encuentro con un pasillo donde hay una puerta muy luminosa.
CUARTA PUERTA: Me encuentro con una música que me va haciendo dormir poco a poco y no puedo avanzar. Con mi magia hago aparecer dos tapones que me cubran los oídos para apagar la música. Me encuentro en un pasillo oscuro y veo una puerta de color fosforescente verde.
QUINTA PUERTA: Me encuentro con un árbol cuyas ramas me van aprisionando a medida que me acerco y me impide avanzar. Con mi magia hago que se enamore de un árbol que no tiene vida mientras yo paso por un pasillo donde hay una puerta.
SEXTA PUERTA: La puerta que encuentro esta vez es invisible y está delante de un agujero negro. Si doy un paso en falso caeré al vacío, con mi magia hago que una alfombra voladora me lleve a la puerta. Me encuentro con un sitio peligroso donde solo hay animales salvajes.

SÉPTIMA PUERTA: Delante de la puerta hay un rebaño de cabras riéndose a carcajadas y solo me dejarán pasar si consigo hacerles llorar. Les tiro cebollas para que lloren y mientras ellas se van a su casa para limpiarse las lágrimas yo paso y me encuentro con un banco donde hay una puerta de metal que lleva contraseña.
CÁMARA DEL TESORO: Mi atrevimiento me ha permitido superar las siete puertas, ahora me encuentro en la cámara del tesoro y en ella hay TODO EL ORO DEL MUNDO.

CAROLINA 4ºC

EL CUENTO DE RAQUEL 4ºC

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro. Me llamo Raquel y estoy delante de la primera puerta. Soy maga. Delante de mí hay un gigantesco monstruo horrible con pelo verde, feo, gordo, con un ojo en la frente y otro en la nuca y la boca torcida. Con mi varita mágica hago que no corra nada y que se haga pequeño. Después ya puedo pasar. Seguí andando y me encontré una cueva oscura con telarañas, era pequeña, en el suelo había un líquido verde muy asqueroso y olía muy mal. Al fondo estaba la segunda puerta. Delante de mí hay dos escorpiones venenosos. Con mi manta roja los tapo y salto. Sigo caminando y ahora hay un túnel con murciélagos negros que si haces ruido vienen a por ti pero no te pican. Ya estoy en la tercera puerta y delante de mí hay un terrible monstruo, es muy serio, fuerte, con los ojos en las orejas y la nariz en la frente, pero como es muy fuerte no me deja pasar. Viene otro monstruo más terrible, más serio y más fuerte, le asusta y se va corriendo. Sigo andando y andando y me encuentro con un bosque oscuro. Las plantas pinchan y hay mosquitos, pero no pican. Ya estoy en la cuarta puerta y delante hay una música que me adormece poco a poco. De mi mochila saco un saxofón, voy tocando una canción y no la oigo. Así paso. Sigo caminando y ahora me encuentro muchísimos árboles grandes con hojas que se les caen y que cortan. Tengo que tener mucho cuidado. Llego a la quinta puerta. Delante de mí hay un árbol gigantesco con ramas que me van aprisionando. De mi mochila saco una espada. Las voy cortando y paso. Sigo caminando y ahora hay una sala con sillas y muchas puertas. Una de ella es la sexta puerta pero es invisible y está delante de un agujero negro. Encontré una tiza mágica y dibujé la puerta y así paso. Sigo andando y me encuentro en un campo con flores muy bonito y en un rincón está la séptima puerta. Allí hay un rebaño de ovejas riéndose a carcajadas y tengo que conseguir que lloren para poder pasar. Corto su lana y se ponen a llorar y me dejan pasar. Estoy muy contenta y voy corriendo con todas mis fuerzas y en el cielo hay un enorme sol brillante y a mi alrededor hay duendecitos cantando y bailando y por fin he llegado a la cámara del tesoro. Puedo elegir un deseo, sólo uno y yo pido: QUE HAYA PAZ EN EL MUNDO.

RAQUEL 4ºC

sábado, 16 de mayo de 2009

EL CUENTO DE MARÍA S. 4ºC

Por Fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro. Me encuentro delante de la primera puerta y hay un gigante de madera. ¡Se me olvidaba! Yo soy María y soy maga. Con mis poderes hago que el gigante no pueda correr y lo convierto en enano y paso.
¡Qué sorpresa más asquerosa! Dos escorpiones venenosos delante de otra puerta. Tengo suerte porque me he llevado dos paquetes de picapica en el bolsillo y se los lanzo a los ojos de cada escorpión y paso corriendo. Los problemas no acaban. Ahora me encuentro con el monstruo más terrible, serio y fuerte del mundo. Tengo un caramelo de café y se lo doy y se duerme. Paso por una puerta que había detrás del monstruo y ¡qué horror! Me encuentro con una música que no me deja avanzar porque me adormece poco a poco. Sé que tengo que pasar y se me ocurre avanzar haciendo mucho ruido y lo consigo. Sigo caminando y me encuentro un árbol cuyas ramas me van aprisionando cuando me acerco y me impiden avanzar. Tengo que emplear mi magia. Hago un conjuro y todas sus ramas se quedan mirando al cielo y así puedo pasar. Pero lo malo no termina nunca.
¡Qué susto! Me encuentro un agujero negro y sé que detrás debe haber una puerta pero no la veo, es invisible. Como tengo mi varita mágica en el bolsillo, la cojo y hago magia. Hago desaparecer el agujero negro y aparecer la puerta. Mis conjuros solo duran diez minutos, pero tengo tiempo de pasar. Ahora lo que me encuentro es un rebaño de cabras riéndose a carcajadas y solo puedo pasar haciéndolas llorar. Me encuentro en un garaje lleno de ajos, cojo unos pocos, los extiendo al lado de cada cabra y ellas se ponen a llorar y paso.
¡He llegado a la cámara del tesoro! Pero qué pena. Hay un montón de tesoros y sólo puedo elegir uno.
Yo voy a elegir: QUE TODOS LOS ANIMALES QUE HAN MUERTO VUELVAN A VIVIR CONMIGO Y NO MUERAN NUNCA.

MARÍA 4ºC

EL CUENTO DE MARTA 4ºC

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro. Estaba delante de una puerta, en ella había un guerrero de madera, gordo, muy feo, con un escudo grande y era muy fuerte. El problema era que no me dejaba pasar. De repente, vino una estrella, la estrella mareó al monstruo y el monstruo se asustó y yo pasé con cuidado. Cuando atravesé la puerta, seguí caminando y me encontré en una cueva muy oscura, con telarañas, mosquitos pequeños y un montón de bichos más, menos mal que no me picaron. Pasé como pude y llegué a la segunda puerta donde vi dos escorpiones venenosos de tamaño mediano y con dos colmillos muy largos que parecían muy hambrientos. Estaban delante de la puerta y yo no podía pasar. Enfrente de mí había dos manzanas, las cogí y se las tiré a los escorpiones. Ellos fueron a comérselas y yo pasé corriendo. Seguí caminando y caminando y había una sala iluminada muy grande y preciosa. Allí estaba el monstruo más terrible, más serio y más fuerte del mundo. Era horroroso, con pinchos oscuros en el cuerpo. Él tampoco me dejaba pasar. Yo, que tengo magia, me senté en un árbol pero me di cuenta de que mi magia funcionaba al revés, entonces le dije al monstruo: “Hazte grande” y el monstruo se hizo pequeño. Yo pasé corriendo. Ya estaba muy cansada, seguí caminando y me encontré un castillo iluminado, grande, con cuadros de unos cantantes con focos alrededor... Allí estaba delante de la cuarta puerta donde empezaba a sonar una música que me adormecía poco a poco y no podía avanzar. Me encontré unos tapones, especiales para los oídos, tirados en el suelo. Los cogí y me los puse y como llevaba tapones ya no me dormía y pude pasar. Cuando me escapé del sonido llegué a un bosque donde había árboles muy raros, con ramas verdes muy gordas, pero yo estaba ya en la quinta puerta. Delante de la quinta puerta había un árbol cuyas ramas me iban aprisionando a medida que me acercaba y no me dejaba avanzar. Yo empecé a mirarle y a acariciarle diciéndole cosas bonitas. El árbol se fue durmiendo poco a poco y va dejando un hueco y yo voy pasando sin despertarle. Sigo andando y llego a una terraza oscura. Parecía abandonada. Al fondo debía estar la sexta puerta pero era invisible y no la veía. Lo que sí veía era un agujero negro muy peligroso porque si daba un paso en falso me caería en un vacío muy profundo. Entonces se me apareció un hada pequeña que me quería ayudar. Me echó unos polvos mágicos en la mano y yo los sople y vi la puerta detrás del agujero negro. Los polvos me hicieron volar y aterricé detrás de la puerta. No podía parar ahora y seguí caminando. Me encontré una casa muy grande con un jardín lleno de margaritas, rosas y azucenas y allí vi la séptima puerta, pero delante de ella había un rebaño de cabras riéndose a carcajadas. Me dijeron que sólo me dejarían pasar si conseguía que llorasen. Saqué una cebolla y empecé a cortarla. Las cabras empezaron a llorar y yo pasé.
Había terminado todas las puertas y yo me alegré mucho, pero me di cuenta de que me faltaba llegar a la cámara del tesoro. Seguí caminando y caminando, me encontré un huertecillo con flores, un jardín muy grande y en él un duendecillo cantando. ¡Ya había llegado! ¡LA CÁMARA DEL TESORO! De pronto el duendecillo empezó a decir:
“Tu atrevimiento te ha permitido superar las siete puertas. Ahora te encuentras en la cámara del tesoro, aquí está todo lo que tu mente pueda imaginar, sea real o fantástico. ¡Está todo! Puedes coger lo que quieras, pero hay una condición: sólo puedes llevarte una cosa.
LO MÍO SERÁ PODER ENCONTRARME CON GENTE A QUIEN NO CONOZCA Y HACER MUCHOS AMIGOS.

MARTA 4ºC

miércoles, 13 de mayo de 2009

EL CUENTO DE RUBÍ 4ºC

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro. Estaba delante de la primera puerta y había un guerrero fuerte y robusto de madera delante de la puerta y era muy rápido y le distraje con un frisbi y luego se lo di y me escapé corriendo. Había un pasillo grande con adornos preciosos, un sofá y un jarrón de primavera. Pasé por la segunda puerta había dos escorpiones pequeños, eran color naranja y muy astutos. Cogí un cubo y los encerré y salí corriendo. Pasé por el pasillo siguiente. Había una minicocina, era muy pequeña y también había una mesita con una taza de te y bebí un sorbo y tuve poderes mágicos. Pasé por la puerta tres. Delante de la puerta estaba el monstruo más feo y gordo, el más terrible del mundo, a sí que le até con una cuerda y le di diez vueltas hasta que se mareó. Pasé por el siguiente pasillo. Había una habitación de color rosa con estrellitas plateadas y había una niña durmiendo. Tenía el pelo rubio con el pelo rizado. Pasé y de repente estaba la puerta cuatro. Al acercarme a la puerta había una música que te adormecía poco a poco, así que con mi poder mágico hice mi hechizo llamado: “Literarion terrarion” y se apagó. Pasé por el siguiente pasillo. Era un cuarto de baño y había ropa del tamaño de la niña que vi. Pasé por la puerta cinco. Delante de la puerta había un árbol cuyas ramas me iban aprisionando a medida que me acercaba. No podía pasar, así que cogí una sierra y las iba cortando. Pasé por el siguiente pasillo. Había un armario muy bonito y enfrente estaba la puerta número seis. La puerta era invisible y estaba delante de un agujero negro, así que pinté la puerta y vi dónde estaba la siguiente. Pasé por el siguiente pasillo. Había una sala de estar llena de juguetes por todos lados y encontré una capa de mago con fotos de Hannah Montana. Me la puse y entre los muñecos estaba la puerta siete y había un rebaño de cabras riéndose a carcajadas y tengo que pasar, pero debo conseguir que lloren y lo que hago es contarle unos chistes tan buenos que se ponen a llorar de la risa. Estaba ya por el último pasillo. Había una familia cenando y me dieron un poco de la mitad de la hamburguesa que quedaba. En ese momento sonó el teléfono y me estaba hablando Miley Cyrus y me dijo que iba a ser su amiga y salté de la emoción. Llegué a la cámara del tesoro y tuve que pedir un deseo y pedí:
SER LA AMIGA DE MI CANTANTE FAVORITO

EL CUENTO DE REBECA 4ºC

Por fin estaba de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas por atravesar para llegar a la cámara del tesoro. Me armé de valor y me encaminé hacia la montaña. Al llegar a su pie vi una placa metálica que decía:
“NO UTILICES LA FUERZA DE LA RABIA SI NO LA DE LA ASTUCIA”
Empecé a escalar la montaña pero entonces me dije:
-Soria, eres una bruja, ¿por qué escalar si puedes subir volando? –y grité- ¡Volatus!.
Llegué en un santiamén a la primera puerta. Allí había un gran guerrero de madera, gordo, corpulento y con una barba de hierbajos. A pesar de su gran cuerpo era muy rápido. Corrí esquivándole y me entró sed. Entonces grité:
-¡Agua del río!
Me transformé en agua. Me filtré por su cuerpo de madera y abrí la puerta. Al pasar, intenté transformarme de nuevo, pero no pude. Miré a los lados. Estaba en un pasillo iluminado lleno de espejos. Me miré en uno y parecía una enana, en otro parecía un chicle y en otro un diablo. Estaba mirándome cuando pensé: “no puedo entretenerme más”. Entonces avancé sin mirar a los espejos y pasé camino de la segunda puerta. Ante ella había dos horribles escorpiones gigantes y negros. Intenté transformarme de nuevo pero seguía sin conseguirlo. Los escorpiones se lanzaron hacia mí pero los esquivé y les lancé agua a los ojos para pasar la segunda puerta. Nada más salir, me transformé de nuevo en humana. Eché una ojeada a mi alrededor. Estaba en una sala oscura aparentemente vacía. Empecé a andar pero tropecé con algo que estaba tumbado en el suelo. La criatura emitió un chillido y escapó. “¡Qué susto!”, pensé, ¿qué sería eso?
Grité:
-¡Luz! ¡Gremlis! ¡Ay! –grité porque me tiraban del pelo.
Alcancé la puerta, pero al llegar al quicio todos los gremlis escaparon pero delante de la puerta había un monstruo horrible, gigante y feísimo. Al entrar vi una placa que decía:
“Al revés”
Cuando me fijé bien me di cuenta que además había otra palabra borrosa que decía “magia”. Entonces le lancé un “rayo gigonita” y se hizo diminuto y así pasé la tercera puerta. Nada más pasar la puerta me caí al agua
-¡Coffff! –tosí escupiendo agua. Estaba en una sala sumergida donde no se veía ninguna puerta.
-¡Qué extraño! –dije.
Entonces me acordé de un libro en el que la guarida del “malo” está bajo el agua. Buceé para comprobarlo y ¡bingo! Allí estaba la puerta. Pasé. Al pasar, la sala del otro lado se encharcó. Una dulce y melodiosa música me embriagó. Sentí unas ganas irremediables de dormir.
-No me puedo dormir ahora... –y grité con todas mis fuerza -¡Trrrrrompeta!
(es un encantamiento que solo funciona si pronuncias cinco “R”) y tocando una alegre marcha (y por supuesto sin oír nada) pasé la cuarta puerta. Una vez fuera me encontré con un bosque grande y frondoso. Avancé decidida. Al cabo de media hora encontré la puerta que desembocaba en “Más bosque”, pero aquí estaba la quinta puerta. Me extrañó que no hubiera ningún peligro, pero aún así avancé. Cuando estaba a medio camino unas ramas me aprisionaron e intentaron taparme la boca, pero yo ya había terminado de pronunciar un encantamiento para transformarme en hacha. Corté las ramas y pasé la quinta puerta. Según pasaba la puerta, una bola de fuego me chamuscó la punta de los cabellos. Ante mí se alzaba un dragón gigantesco y furioso. Esquivé un zarpazo del animal y corrí hacia la puerta. Estaba, para mi horror, cerrada. El dragón golpeó el suelo con su poderosa cola. La onda expansiva golpeó la puerta que se abrió y lo aproveché para salir. En la sexta sala se veía solo un agujero negro. Supuse que era una puerta invisible. Me acordé de los murciélagos, que como son ciegos, gritan para oír el rebote. Dije:
-¡Murciélagos! –y al instante me transformé en un murciélago.
Chillé y encontré la puerta. Volé por encima del agujero negro y atravesé la puerta. Detrás de la sexta puerta había una sala. Me transformé pero un líquido espeso me cayó sobre el hombro.
-¡Qué asco! –dije.
Miré hacia arriba y vi un gigantesco perro de tres, y no digo una si no tres, hambrientas cabezas. Empecé a correr mientras fabricaban un hueso gigante que lancé al furioso animal y pasé la puerta. Me encontré en un gran prado lleno de cabras que reían sin parar. Intenté pasar pero me cerraron el paso. Una cabra dijo:
-¡Cuando nos hagas llorar, te dejaremos pasar!
Yo me acordé de “Titanic”, una película que siempre me hacía llorar. Me transformé en televisor y la pasé hasta el final. Al verla, las cabras se pusieron a llorar y me dejaron pasar. Me transformé de nuevo en chica y me encontré frente a una puerta de oro. Cuando pasé, me entusiasmé. ¡¡Allí estaban todas las cosas, reales o fantásticas!! Había una placa que decía:
SÓLO UNA COSA TE PUEDES LLEVAR
Al principio pensé en mi vida, en cómo la podía mejorar, pero la verdad es que no me faltaba nada. Luego pensé en los tristes, aburridos y solitarios. Entonces grité:
-¡DESEO QUE LA ALEGRÍA REINE EN EL MUNDO!
Ya no recuerdo más porque me desmayé. Desperté en mi casa y al ver las noticias me di cuenta de que mi deseo se había cumplido, y ahora vivo feliz con mi familia.

martes, 12 de mayo de 2009

EL CUENTO DE ANUAR 4ºC

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro.
Al fin he llegado a la primera puerta. Hay un guerrero con un escudo de pinchos, un collar de calaveras. Y le digo:
- Métete con los de tu edad, ¿vale?
Abro la puerta y paso por el pasillo y llego a la puerta segunda. En ella hay dos escorpiones venenosos, feos y cojo mi látigo, cerca hay un árbol y les ato y entro, giro a la izquierda y he llegado a la puerta tercera. Hay un monstruo terrible serio y el más fuerte del mundo y gordo. Cojo una aguja y le pincho y se desinfla y paso y llego a la cuarta puerta, giro la puerta y paso. Al acercarme a la siguiente puerta suena una música que te hace dormir. Cojo unos cascos de música y los pongo a tope y abro la puerta y paso, hay unas escaleras, subo y llego a la quinta puerta. Delante de la puerta hay un árbol cuyas ramas te van aprisionando. Cojo mi cuchillo y abro la puerta. Cojo el ascensor y entro y he llegado a la puerta sexta. Esta vez la puerta es invisible y está delante de un agujero negro. Yo cojo piedras y empiezo a dar pasos voy poniendo las piedras y abro la puerta. Salto con un trampolín y paso a la séptima puerta. Allí hay un rebaño riéndose y hay que hacerles llorar o si no, no te dejan y tiro las cebollas y paso. Estoy en la cámara del tesoro.


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LA MISIÓN IMPOSIBLE (EL CUENTO DE MARÍA P. 4ºC)

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro.
Había Un guerrero gigantesco de madera con un casco y un escudo. El escudo era de pinchos con fuego. Era muy rápido y no me dejaba pasar. Yo le hice desaparecer con un conjuro: “Abra cadabra pata de cabra”. Y le hice desaparecer. Pasé por un pasillo muy raro y me encontré la segunda puerta. Delante de ella había dos escorpiones venenosos. ¿Cómo lograría pasar? Salté por encima de ellos y atravesé la puerta. Pasé por una sala muy grande y me encontré en la tercera puerta. Delante de la puerta estaba el monstruo más terrible, más serio y más fuerte del mundo. ¿Cómo conseguiría pasar? Le hago un conjuro y deja de ser terrible y serio. Pasé por una biblioteca de cuentos de fantasía. Al acercarme a la puerta suena una música que me adormece poco a poco y no puedo avanzar. ¿Cómo lograría pasar? Yo combatiría la música con un conjuro usando la varita mágica que estaba en mi bolsillo: “nunca debes volver”. Pasé por un supermercado hasta llegar a la quinta puerta. Delante de la puerta hay un árbol cuyas ramas te van aprisionando a medida que te acercas y te impiden avanzar, son ramas verdes y largas. ¿Cómo pasaría? Cogería un hacha de mi bolsillo y cortaría las ramas y los árboles desaparecerían. Pasé por una tienda de animales pero sobre todo había escorpiones y llegué a la séptima puerta. Delante de la puerta hay un rebaño de cabras riéndose a carcajadas y sólo te dejarán pasar cuando consigas que lloren ¿Qué harás? Les cortaré los cuernos y les haré muchísimas cosquillas para que lloren. Pasé por una ciudad de pirámides y llegué a la cámara del tesoro.
“Tu atrevimiento te ha permitido superar las siete puertas. Ahora te encuentras en la cámara del tesoro, en ella está todo lo que tu mente pueda imaginar, sea real o fantástico. Podrás coger lo que quieras, pero hay una condición: sólo puedes llevarte una cosa” ¿Cuál será tu elección?
PODER LLEGAR AL CIELO PARA VER A MI TÍO Y MIS ABUELOS.


MARÍA P. 4ºC

EL CUENTO DE MARÍA 4ºC

Por fin estaba delante de la montaña de fuego y aún me quedaban un montón de puertas que atravesar para llegar a la cámara del tesoro. Estaba delante de la primera puerta y un guerrero de madera me asustó. Era feo, muy fuerte y poco listo. Yo soy Mario, el mago, y ahora es de día. El guerrero no me dejaba pasar de ninguna forma. Lo intenté haciéndole cosquillas, pellizcándole, pero nada. Pensé y pensé. Llamé al sol con unos polvos mágicos. El sol vino y al guerrero de le pusieron los ojos viscosos. Como no me veía, pasé. Me encontré en una zona oscura y encendí una vela que saqué de mi bolsillo mágico. La luz me hizo ver dos escorpiones muy venenosos, negros y muy grandes. Un escorpión me cortó la varita con la cola y no podía usarla. Sólo tenía un martillo de goma. El escorpión pica el martillo y pierde el veneno y el otro escorpión se fue y entonces yo pude pasar. Al pasar por la puerta me encontré en una zona muy asquerosa con telarañas y huesos por todas partes. Delante de mí estaba el monstruo más fuerte del mundo. Era calvo, muy grande y no me quedaba nada mágico porque los escorpiones me habían cortado la varita. Pero el monstruo no sabía que yo iba a kárate. Le eché una pelea y conseguí que se cayera, pero se levantó y yo empecé a marearle con el cinturón de kárate y mientras paso. Estaba en una zona con muchas flores y me estaba durmiendo poco a poco. Al rato descubrí que era una música la que me estaba durmiendo. Entonces sentí un pinchazo, era una hormiga que me había picado y me desperté. Me puse a bailar cha-cha-cha y pasé sin dormirme. Estaba muy cansado. Delante de la siguiente puerta había un árbol cuyas ramas me iban aprisionando. Una rama se me acercó, la cogí y me colgué como Tarzán. Fui esquivando las ramas que me querían atrapar y logré pasar. Estaba en un lugar que era como una caja de cristal. Todo era invisible, lo más invisible que veía, bueno que no veía, era la puerta. Me di cuenta de que había una puerta porque vi una mariposa que pasa delante de mí y desaparece, me asusté pero entonces me di cuenta que era una puerta y pasé. Por fin llegué a la última puerta. Delante había un rebaño de cabras riéndose y me dijeron que sólo me dejaran pasar si les hago llorar. Miré alrededor, vi una colmena, se la tiré a las cabras. Todas salieron corriendo y logré pasar. No me creía que hubiera llegado a la cámara del tesoro. Podía pedir lo que quisiera. Como me encanta Hannah Montana pedí: CANTAR COMO HANNAH MONTANA Y SER RICA Y FAMOSA.

MARÍA 4ºC